Mickey Rourke es grande

Hola amigos,

Amantes del cine y de la buena vida. Hoy os hablaré de la mejor película que va de año...O por lo menos, la mejor película que he visto este año. Se trata de The Wrestler, cuarta película del indescriptible director yanki Darren Aronofski (PI, Requiem For a Dream) en la que nos cuenta la historia de un luchador de lucha libre americana que tuvo cierto éxito en los 80 pero que ahora no es más que un acabado de la vida. Vive solo en una caravana, tiene problemas de salud, su hija no lo quiere...El pobre las pasa canutas y encima se enamora de una stryper (Marisa Tomei) que lo trata como un trapo. De ese modo, The Wrestler tiene todos los elementos para convertirse en un enorme y gran drama en donde nuestro protagonista interpretado por el enorme Mickey Rourke demuestra sus ganas de vivir en un mundo que lo rechaza dado que ya no puede hacer lo que le hizo famoso y popular. Una profesión que le dio triunfos y popularidad pero que a su vez dañó sin cura su vida personal.
Nadie que no sea Mickey Rourke puede interpretar un papel de este tipo. El vivió el éxito en los ochenta y la decadencia en los noventa. Sabe lo que es triunfar por una simple escena de striptease con otra olvidada como Kim Bassinger a ser completamente olvidado y rechazado por la industria de Hollywood. Su historia es parecida a la del protagonista de este intensísimo drama dirigido por un soprendente Aronofski.

Y para rematar, la película tiene una increíble banda sonora formada por clásicos del sleazy de los 80. Bandas como Motley Crue, Cinderella o Guns'n'Roses ayudan no sólo a describir al personaje sino que también una época que para muchos fue el mejor momento de sus vidas y que ahora hemos olvidado completamente. Personaje que siguen pensando que viven en una época que pasó hace mucho tiempo y no asumen que sus vidas se han quedado ancladas en los 80.