domingo, 8 de abril de 2007

Screamin' Lord Sutch


Cuando Screamin Lord Sutch apareció en la escena rockera inglesa a principios de los 60 había cientos de músicos de tres al cuarto en todo el país que tocaban como él o mejor la guitarra eléctrica o el mismo saxofón. Además de eso, Sutch no es que fuese un gran cantante pero su entusiasmo y su gran ojo para descubrir nuevas promesas dentro del panorama musical le han convertido en uno de los personajes más infravalorados de la historia del rock. Es suyo, por ejemplo, el mérito de haber metido en el negocio de la música a tipos tan importantes y talentosos como John Bonham, Jimmy Page, Keith Moon o incluso el mismo Jeff Beck. Estos figuras del rock’n’roll fueron todos integrantes de la primera formación musical del bueno de Lord Sutch, conocida por el nombre de Screamin Lord Sutch & The Savages, una banda que editó en la década de los sesenta una infinidad de singles magistralmente producidos por John Meek, quien supo mezclar la esencia del rockabilly con las rocambolescas idas de olla de nuestro protagonista.

Sus primeros discos tenían canciones de temática terrorífica y temas rockabilly a partes iguales, ya que según el propio Lord Sutch, <>. Muestra de ello son sus dos primeros discos, titulados “The Hands of Jack the Ripper” (en donde participaron Keith Moon y Ritchi Blackmore) y “Lord Sutch and Heavy Friends” (que contó con la colaboración de unos principiantes Jimmy Page, John Bonham y Jeff Beck), en donde aparecen versiones de clásicos como Roll Over Beethoven, Great Ball of Fire o Tutti Fruti junto con locuras del calibre de “The Hand of Jack the Riper” o “Smoke and Fire”. Los discos de este genio incomprendido son muy difíciles encontrar en las tiendas. Solo nos podemos conformar con las típicos recopilatorios en donde se recogen todos los grandes singles de este artista. Los dos más famosos son ”Jack the Ripper” y “Rock and Horror”, en donde aparecen gemas del shock rock como Rockabilly Madman, Monster Rock o la contundente Rock and Shock. Todo y eso, The Savages nunca consiguieron mucho éxito. En los EEUU era una banda rockabilly más mientras que en su país de origen, la Gran Bretaña, Lord Sutch era un tipo más conocido por sus locuras que por su música. La música que hacía era una especie de rockabilly totalmente salvaje y frenético, igual que sus directos, en donde The Savages ofrecían un espectáculo que pocos han sido capaces de igualar. Según Lord Sutch, <>. Y es que los conciertos de los Savages eran todo menos aburridos. Todos y cada uno de los músicos contribuían en que los conciertos fuesen más espectaculares. Sus actuaciones eran verdaderas fiestas del terror, en donde se cortaban cabezas, cuerpos, manos además de apariciones fugaces de tipos armados con espadas o disfrazados de policías mientras sonaban de fondo canciones como “Jack the Ripper” o “Dracula’s Daughter”. Estos shows se convertían en verdaderas fiestas macabras dirigidas a un público normalmente adolescente, hambriento de sensaciones fuertes y algo de violencia gratuita. Pero lo más curioso del bueno de Lord Sutch es que desde el principio de su carrera musical, se caracterizó por aparecer en sus conciertos con la cara pintada, algo que nos hace pensar de donde sacaron la inspiración genios del rock como Alice Cooper, Kiss o Misfits. De esa manera se convertía junto con Little Richard y Elvis en uno de los precursores de lo que ahora se conoce como glam, un “título” que muchos se lo han adjudicado a gente como Bowie o al mismo Alice Cooper.

Pero aquí no se acaba la cosa. Este peculiar personaje tenía varias aficiones, a cual más estrambótica. El más estúpido de todos sus hobbies fue sin duda alguna, la política. En el año 1963, Lord Sutch fundó un partido político llamado The National Teenage Party (Partido Nacional de Adolescentes) con el fin de reclamar el voto de los chavales ingleses de 18 años. En las primeras elecciones en las que participó consiguió la friolera de 208 votos en toda la Gran Bretaña. Todo y eso, Sutch no se cagó en los pantalones y como todo tipo con principios y personalidad continuó en el mundo de la política hasta el final de su vida.
Mas tarde fundó otro partido bajo el curioso nombre de The Monster Raving Looney Party. Este partido hacía propuestas tan interesantes como meter cocodrilos en el río Tamesis (con dos cojones, hombre), erradicar Enero y Febrero para que el invierno fuese más corto (¡ahí tus huevos!) o crear las Olimpiadas Escocesas (!!!) además de permitir que los pubs estuviesen abiertos todos los días a todas horas como si de badulaques se tratara. Y es que Lord Sutch quería dar a los ingleses lo querealmente querían: fiesta todo el día. ¡Eso si que era populismo!
Con ese plan político bajo el brazo, el rocker-político se presentó a las elecciones generales y municipales inglesas durante casi cuarenta años, siempre consiguiendo alrededor de unos 1000 votos (su récord estaba en los 1006 votos), lo que provocaba a su vez que perdiera en cada proceso electoral unas 1000 libras esterlinas, algo así como 2500 eurazos. Pero eso era algo que no le importaba mucho al Lord Sutch, quien siguió presentándose una y otra vez hasta conseguir el récord Guiness de político que más veces se ha presentado a unas elecciones.
The Monster Raving Looney Party era sin duda el partido más bizarro de la historia mundial. Solo había que ver los encontronazos que tenían sus militantes o el mismo Lord Sutch con delicias humanas como Margaret Tatcher, líder de los conservadores en la década de los ochenta. Tanto en los mítines como en el mismo parlamento, Sutch y los suyos aparecían vestidos con trajes de lo más estrambóticos mientras exponían seriamente sus descacharrantes propuestas políticas. Solo había que ver uno de los logos del partido para captar sus intenciones: Vote for insanity: “You know it makes sense”.

Pero por desgracia, este gran político y músico era un drogadicto y un maniático depresivo. Desde joven estuvo marcado por la muerte de los dos seres que más amaba en este mundo: la de su madre y la de su perro. Sumándole a eso sus cuantiosos fracasos electorales y el hecho de que nunca se le reconoció en el mundo musical como se lo merecía, no me extraña que acabó cansándose de esta asquerosa vida en el año 1999, cuando decidió suicidarse. Nadie entendió su muerte. Ni sus amigos más íntimos ni los militantes del partido no entendieron jamás la razón por la cual este gran tipo decidiera ahorcarse en su casa de un día para el otro. Pero de lo que no cabe duda es que Screamin Lord Sutch ha sido un de los tipos más curiosos y locos que jamás hayan pisado este planeta. Un genio que estará siempre presente en los corazones de muchos de nosotros.